Habitaciones

Las inclemencias del clima patagónico y lejanía con el mundo, no permitían contar con productos frescos regularmente. Así las familias comenzaron a sembrar sus quintas (huertas) con hortalizas y algunos frutales que trajeron desde el norte del país y Europa. Cultivaban zanahorias, lechugas, manzanos, cerezos, ruibarbos, grosellas, frambuesas y frutillas, entre muchos otros. 

La quinta fue un lugar especial donde hasta los más pequeños de la familia ayudaban, transformándolo en el espacio para compartir el trabajo, los juegos de niños y así, varias  generaciones comenzaron a forjar su amor por la tierra.